Con el teatro transformado en una taberna, Antonio Romera ‘Chipi’,
camarero de ‘El Bar Nuestro de Cada Día’ se ve obligado a cumplir la
última voluntad del difunto ‘Malandro’, un asiduo cliente que ha preferido
dejar una fiesta pagada en el bar a un entierro convencional de
tanatorio. Chipi improvisa una ceremonia pagana para “Malandro”
convirtiendo el velorio, tal como le pidió el difunto, en una fiesta para
celebrar su vida en vez de llorar su muerte. Durante el espectáculo,
entre anécdotas y canciones, conoceremos las luces y sombras de
Malandro y descubriremos su peculiar filosofía de vida.
El público, convertido en parroquianos del bar, también es partícipe de
esta fiesta sanadora que a través de la música, la palabra y el humor,
nos reconcilia con la muerte y nos invita a disfrutar la vida.